Por casi todos los continentes se distribuyen las cerca de 500 especies de plantas herbáceas y arbustos del género Artemisia, de la familia de las Asteraceae (Compuestas). Algunas especies son: Artemisia afra, Artemisia absinthium, Artemisia arborescens, Artemisia pedemontana, Artemisia californica, Artemisia cana, Artemisia rigida.
También se conoce por los nombres vulgares de Ajenjo silvestre y Ajenjo africano. Procede del sur y el este de África.
Son arbustos perennifolios de crecimiento rápido y tallos pilosos y erectos que pueden llegar a alcanzar los 2 metros de altura. Su interesante y aromático follaje gris lo forman finas hojas divididas (como los helechos) de color verde oscuro en el haz y con pelillos blancos en el envés. Su aroma cuando se tocan es dulce y fuerte. Las flores surgen en la punta de las ramas y son pequeñas y de color crema. Florecen desde finales de verano hasta principios de otoño.
Se emplean en borduras, en jardines costeros mediterráneos, en grupos arbustivos junto con Salvias y Leonotis, en jardines de plantas aromáticas y en taludes. En África se utilizan tradicionalmente como plantas medicinales.
La Artemisia afra necesitará una exposición de pleno sol y temperaturas cálidas. Aunque tolera relativamente bien el frío es mejor que en invierno se mantengan por encima de los 5 ºC.
No son exigentes con el suelo mientras esté bien drenado pudiendo prosperar en terrenos pedregosos, arenosos o pobres.
Regar de forma moderada todo el año siempre esperando a que la tierra se haya secado por completo; resisten bien la sequía.
No precisan de abonados especiales pero agradecerán un ligero aporte de materia orgánica a finales del invierno.
A finales de invierno es conveniente darles una intensa poda para fortalecer su crecimiento y controlar su porte.
Son plantas resistentes a las típicas plagas y enfermedades.
La forma más sencilla de propagación es a partir de esquejes realizados en primavera o en verano y por semillas sembradas en la misma época.
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