Cuidados del árbol Cupressus sempervirens o Ciprés común |
El género Cupressus pertenece a la familia de las Cupressaceae y lo integran unas 30 especies de árboles originarios de Asia, Europa y América. Algunas especies de este género son: Cupressus sempervirens, Cupressus funebris, Cupressus dupreziana, Cupressus atlantica, Cupressus arizonica, Cupressus sargentii, Cupressus forbesii, Cupressus macrocarpa. Recibe los nombres vulgares de Ciprés común, Árbol del cementerio y Ciprés mediterráneo. Procede de la cuenca mediterránea. Es uno de los árboles más habituales en los jardines y cementerios del Mediterráneo. Tienen porte columnar y pueden alcanzar los 25 metros de altura. Sus hojas son perennes y escamosas; si se tocan desprenden un olor resinoso. Producen flores masculinas y femeninas que no revisten interés ornamental. El fruto es una especie de piña redondeada de unos 2-3 cm de diámetro. Se emplean como ejemplares aislados, en pequeños grupos, en hileras y son ideales para setos o pantallas. El Ciprés común vive bien en una exposición de pleno sol o de semisombra y es capaz de resistir heladas de hasta unos -10 ºC. No son nada exigentes con el suelo siempre que drene bien y no retenga la humedad; crecen incluso en suelos calizos, pobres y secos. El riego ha de ser moderado y evitando mojar el follaje de la planta. Resisten la sequía por lo que es mejor esperar a que la tierra esté bien seca antes de aportar más agua. Estos árboles toleran muy bien la poda de formación que se puede realizar a finales del invierno o en otoño. El Ciprés común es una planta de bajo mantenimiento que no necesita abonos. El Ciprés mediterráneo resiste bien las habituales plagas pero es sensible al exceso de humedad que produce enfermedades fúngicas (hongos). Su propagación a partir de semillas es un proceso lento por lo que recomendamos adquirir los nuevos ejemplares en viveros o en tiendas de plantas. |
Fotos del árbol Cupressus sempervirens o Ciprés común |